Los empresarios chinos han encontrado una oportunidad de negocio a través de una inversión no excesivamente desorbitada: poner en marcha iniciativas principalmente enfocadas al turismo

Los empresarios chinos se fijan en propiedades en Galicia por su bajo precio y las oportunidades de negocio para convertirlos en alojamientos turísticos.
La fiebre por comprar aldeas y pazos abandonados gallegos ha llegado también a los compradores chinos.
Los empresarios chinos han encontrado una oportunidad de negocio a través de una inversión no excesivamente desorbitada: poner en marcha iniciativas principalmente enfocadas al turismo.
«Se fijan en estructuras que puedan remodelar a su manera para montar un negocio y explotarlo». Las visitas, confiesa Elvira Fafián, de Aldeas Abandonadas Real State, «están siendo muy positivas». Muchas acabarán en compra.
La oferta de inmuebles va desde las ya clásicas casitas rurales de piedra en mal estado hasta rectorales, iglesias o pazos, algunos a precios desorbitados, llegando en ocasiones a los 3 millones de euros.
Nadie se resigna a dejar morir una casa rural en mitad de ningún sitio, mucha gente ha entendido que puede rentabilizarla sacándola al mercado.
Galicia, lleva tiempo de moda entre los inversores chinos que se interesan por este tipo de inmuebles. Es una zona demandada con independencia de los precios.
La fiebre por comprar aldeas y pazos abandonados gallegos ha llegado también a los compradores chinos.
Los empresarios chinos han encontrado una oportunidad de negocio a través de una inversión no excesivamente desorbitada: poner en marcha iniciativas principalmente enfocadas al turismo.
«Se fijan en estructuras que puedan remodelar a su manera para montar un negocio y explotarlo». Las visitas, confiesa Elvira Fafián, de Aldeas Abandonadas Real State, «están siendo muy positivas». Muchas acabarán en compra.
La oferta de inmuebles va desde las ya clásicas casitas rurales de piedra en mal estado hasta rectorales, iglesias o pazos, algunos a precios desorbitados, llegando en ocasiones a los 3 millones de euros.
Nadie se resigna a dejar morir una casa rural en mitad de ningún sitio, mucha gente ha entendido que puede rentabilizarla sacándola al mercado.
Galicia, lleva tiempo de moda entre los inversores chinos que se interesan por este tipo de inmuebles. Es una zona demandada con independencia de los precios.